28 de marzo de 2014

De la pérdida del ombligo y otras historias.

Estábamos en Septiembre y aún tenía ombligo aunque ya sabíamos que eso tenía los días, o los meses,  contados.
Aprovechamos, como siempre, las vacaciones, para desaparecer, junto a otros, por Morella y Ejulve y otros pueblos del Maestrazgo. Este año éramos 6. Y no hizo viento. Preciosos puertos.

Cuando volvimos,  continuamos desaparecidos, y regresamos al Valle de Arán a terminar lo que el deshielo no nos dejó hacer en Junio. SetauSageth se vislumbraba posible,  y Aleix, en Era Honeria, nos preguntaba si habíamos vuelto para traer la lluvia. No la llevamos, al contrario, los días fueron tranquilos y claros, como un buen Septiembre.
El primer día salimos de la Vall de Torán hacia Liat, y el paisaje, aunque distinto que la última vez que lo había visto, algún año atrás, era igual de mágico por lo desierto y amplio, por lo inquietante de las minas abandonadas. Por lo alto y lejos de todo que parece.  El nombre de Séptimo Cielo iba tomando lógica a cada paso.


Esta vez no paramos en Salardú, seguimos andando hasta Restanca por el GR, y allí cenamos y dormimos y disfrutamos del atardecer en el lago, el estany de la Restanca
La etapa del día siguiente era nueva para los dos, y resultó tan mágica en cuanto a paisajes como la primera, o quizá más, por lo desconocida. Y por lo dura. La subida del Port de Vielha no fue nada comparado a lo que supuso la bajada. Menos mal que llegar a Vielha, y al Ribaeta, siempre es un premio que tiene forma de pinxo.

La tercera etapa la descafeinamos no sé si porque ya conocemos demasiado bien el viejo Cami Reiau, o porque no podía moverme de agujetas que tenía del día anterior y su bajadita, o porque, quizá, llovía algo y ya no nos gustan las lluvias aranesas. El caso es que atajamos y gracias a eso descubrimos que la carretera que nos conduce a Era Honeria se merece un viaje en bicicleta. Un viaje para cuando yo vuelva a tener ombligo. Ya pensaremos en ello.

Luego vino la marcha de Cantavieja, y alguna carrerita de finales de verano.

Llegó Octubre, y eso no significa que había terminado Septiembre, porque Septiembre no es un mes, sino un estado. Así que Septiembreando en octubre, nos fuimos a Las Palmas, donde en Octubre siempre Agostea. Y tuvimos excursiones con vistas, y descubrimos carreteras y vimos una isla muy diferente a la año anterior, más marrón y seca.

Y entonces aún tenía ombligo.

A los pocos días teníamos que decidir un nuevo destino, que no debía ser muy lejano ni muy frío, ni muy inhóspito, pero que tenía que tener algo o parte de lo que siempre buscamos, y desde donde íbamos a empezar un camino que sin embargo habíamos empezado un año antes.


Como no era el momento de meterse en grandes fregaos, la estancia fue apacible, subiendo a algún refugio no muy inaccesible, disfrutando sencillos caminos y descubriendo juntos paisajes de postal.
Quizá quede edulcorado el relato. No en vano la miel es dulce.


Los días empezaban no muy de mañana, por el frío, y terminaban pronto porque a esas alturas una andaba con el estómago algo revuelto y no estaba para muchas florituras. Suerte que la mayor parte del día tenía las mismas ganas de todo que tengo siempre. Y suerte que Oscar no se aburre, porque no todo va a ser correr.
Volver de Andorra significó que llegaban los tiempos del poco tiempo para casi todo.

Y el que queda lo aprovechamos como siempre, con carretera y mantas, o colchonetas, sin bicis pero con pies, sin horas seguidas de actividad pero con ratos distribuidos en ratitos. Cambiando el jamón y el vino por jamón a la plancha y claras sin alcohol. Y cambiando las mallas por cualquier cosa que no me apriete.


Porque ahora ya casi no tengo ombligo. Y aún quedan algunos meses para que vuelva a aparecer.  Por lo menos, dos.

7 comentarios:

Genín dijo...

jajaja Felicitaciones por lo del ombligo, ya me había piado un poco un pajarito...:)
Yo de los cambios de los ombligos ya se me ha olvidado todo, pero aun me queda una ligera idea, muy lejana eso si...
Hoy es un día de vuelta de buena gente, otra amiga que llevaba sin escribir 6 años, ha vuelto a esto del blog, es un día de alegrías sencillas para mi, pero de alegrías a fin de cuentas.
Besos y salud

Lola Steiner dijo...

Menos mal que te tengo en fb, si no pensaría que te ha pasado algo, algo malo quiero decir. Lo de perder el ombligo es buenísimo. :) Luego todo se vuelve al sitio, de verdad te lo digo. Cuidado con las estrías, eso si.
Luego ves el mundo con los ojos de tu bebé, no con los tuyos. Y eso también mola.
Besicos y güelcom bak!


miguelflor dijo...

Como siempre genial Nere, y mas genial en estado de "buena esperanza" así que el genio es doble, disfruta como sabes hacerlo que es la mayor recompensa.

lola dijo...

Pero la pérdida de ombligo es sólo temporal y a cambio tendrás lo más maravilloso del mundo.

Alfonso dijo...

Cuanto tiempo hacía que no volvíamos a disfrutar con tus relatos :) y como sólo te quedan dos meses sin ombligo jajaja me parece que el siguiente relato será con compañia y nosotros estaremos esperándolo, felicidades y a por ello campeona.

Anónimo dijo...

Un besazo y a esperar el mejor regalo q puede dar la vida...

Juan dijo...
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