6 de julio de 2010

Un año después (y II)

Y bajando prados estábamos cuando nos encontramos con él y ella, al ritmo de ella, que no se encontraba demasiado bien. Quizá es la altura, o la presión, y no me refiero a la atmosférica. Fortaleza le sobra. A ratos, vamos juntos.
Y Dicen por ahí que nos hemos saltado un control. Y a mi, que no vengo exactamente a correr, me da poco menos que igual. Y además puede que el control esté más adelante. No pienso desandar medio pelo. Y menos mal, porque no había sido más que una bromita de un caminante.
En la pista que conduce entre curvas y pinos a la Molina, se nos van, Esta vez hemos seguido el camino correcto y no nos hemos metido en ningún barrizal. Cuando llegamos, la parejita está casi marchándose, rápidos y con buena cara. Ya no los volveremos a ver.
Nosotros nos sentamos, comemos... zumo, gazpacho, habichuelas... Hablo y hablo sin parar. Hablo sola, le hablo a Javi, hablo con Pascual, y con el chico del agua, y con Oscar T que me llama. Hablo y hablo. Y no sé si llevarme el chubasquero o no. Mañana hará bueno, decidí. Y allí se quedó el chubasquero.
Nos pusimos en marcha de nuevo cuando aún era de día, aunque rápidamente nos fue cayendo la noche encima. Voy tranquila, subiendo sin prisa ni pausa, mirando de reojo. Hoy he cambiado la cancioncita de Maná por otra y la repito insistentemente. Si véns amb mi / no demanis un camí planer / ni estels d'argent / ni un demà ple de promeses sols un poc de sort / i que la vida ens doni un camí ben llarg.
Por fin hemos subido el Coll de Pal por las pistas de esquí, hemos vuelto a los 2000 metros. Debemos empezar a bajar hasta el refugio del Rebost. Tenemos doce largos kilómetros de bajada que hacemos en un silencio que sólo rompen los improperios al aire, cada vez con más ímpetu, que lanza un caminante con cierta habilidad para terminar por los suelos. En los escasos tramos de pista o de carretera tampoco estamos demasiado habladores. Empiezo a tener mucho sueño, a ratos cierro los ojos y ando. Llevamos aproximadamente un maratón. Necesito hablar. O cantar. O correr. O gritar. O lo que sea, pero esas horas sólo mirando el camino y pensando las mismas cosas una y otra vez están consiguiendo volverme loca. Que demà, que demà / Mancarà el fruit de cada pas / Per això malgrat la boira cal caminar.
Sigo tarareando.
Voy a ponerme música, me duermo. Bueno, pues música. Pero un extraño complot alienígena (con toda seguridad) hace que sólo salgan canciones, por lo menos, soporíferas. Será peor el remedio que la enfermedad.
Llegamos al Rebost con cierto margen sobre la hora de cierre. A mi me sobra con ese margen pero Javi sólo observa que hemos perdido parte del que llevábamos en el control anterior. Es la historia del vaso medio lleno o medio vacío. Yo voy entera, sin dolores (físicos) y sorprendida por estar ya en ese punto.
Bajamos y subimos. Está amaneciendo. El cielo se vuelve rojo allá detrás, poco a poco. Que si debe quedarse antes de Saldes. Que no hay evacuación. Y otra vez la misma canción y yo que me siento en una piedra.
Puedo cerrar los ojos y sentir que amanece. Sin ver ni oir hay otro sentido que lo ocupa todo, no sé cuál es.
Y encima no somos los últimos....pues claro que no lo somos.
Nos ponemos en marcha, no debe quedar demasiado para llegar al siguiente avituallamiento, "El gresolet". Antes de enlazar con el camino que conduce hasta él, encuentro un cruce con 5 carteles que señalan 5 caminos diferentes para llegar a Saldes. Empieza a llover. Y mi chubasquero en La Molina. Tormenta. Definitivamente, es el momento de dejarlo estar.
Seguimos el camino que indicaba Saldes a menos distancia. PR o SL. Seguimos marcas de PR, y más tarde de SL, y encontramos variedad de caminos que si no llega a ser porque el plan era atajar y no alargar, porque llovía, porque la tormenta estaba justo en esa dirección y porque íbamos en sentido contrario a Saldes, podríamos haber disfrutado.

El sendero que llevaba al Coll de Jou no conduce a Saldes. Y llega el momento en el que digo que hay que desandar, tampoco pasa nada por eso. Y así es como terminamos dentro de un coche volviendo a Berga, algo mojados. Muchas gracias al chico que nos recogió por el camino.
63 kilómetros, 5082 positivos, 5650 negativos, que me parecen muchos metros de desnivel y que seguramente serán mil menos de cada.
Y que algo harán.

3 comentarios:

Genín dijo...

Me has dejado agotado, me voy a mimir...
Salud y besitos

MANOLI CXM dijo...

http://picasaweb.google.com/113217163157924785201/16012010?feat=email#

No se como hacértelas llegar.
¿Me estoy repitiendo?

Gracias por compartir tus pateos, bss

depiedraenpiedra dijo...

salud genin!!

muchas gracias manoli. No te estás repitiendo, no las había visto

besos chicos!