16 de agosto de 2011

el Doble doblete

El martes siguiente me vi poseída por no sé qué clase de espíritu, ser, cuerpo o ultracuerpo, y se me ocurrió que era una buena idea hacer un doble desierto: subir por Castellón, bajar por Benicassim, y, de ahí, en vez de irme a mi casa como las personas normales que no son ciclistas de esos que van en bicicleta, volver a subir por Benicassim para bajar por Castellón.
Y eso hice, y oiga, para ser la primera vez ni se me dio tan mal, pero ha de tener en cuenta usted, para entenderlo correctamente, mi autocondescendencia, autocomplacencia y algunos otros autos similares que me impiden reconocer que tampoco me fue lo que se dice bien-bien.
En todo caso, disfrutar, disfruté, y además pude, mientras hacía la segunda subida, saludar con la cabeza a algunas personas a las que había adelantado en la primera. Y eso levanta la moral, a costa de la de otros, eso sí. Ya vendrá el de siempre a ponerme en mi sitio.

Como eso de la vigorexia agostina no es cosa de un día, además había quedado ese día para una rodadita suave por la vía verde con los tres magníficos, aunque esta vez sólo había dos de ellos. Y lo vi claro antes de llegar al túnel: Bueno chicos, yo me doy la vuelta. Ocho kilómetros, cuarenta y cuatro minutos.

El miércoles iba de noche, pero no pude resistirme a subir un desierto por Castellón a última hora. Qué obsesión con el desierto, por favor, que alguien me saque de este bucle...

Jueves lalala y viernes a la pisci. Bonito kilómetro para cubrir el expediente.

El sábado, carrerita de Agosto. Eslida. Sierra de Espadán. Cortita como debe ser en esta época del año. Y antes de salir ya había perdido el ipod.
Me dice Alex que mejor salir rapidito para evitar el tapón que presumiblemente se formará pocos kilómetros más adelante, así que eso hago: salir como si nos fuera la vida en ello.
Al llegar al tapón me coloco de manera legal, mientras aquella chica que conozco de oídas me adelanta de la misma manera que en el mundo real. Como en la vida, ya no me importa. Y hago camino, como el caminante.
Se me hizo corta, muy corta, a pesar de que no fui capaz de bajar a un ritmo ni parecido a decente: torpe, rígida, pesada... Aún así llegué a meta contenta, por llegar antes de lo previsto. 1:54.

El domingo era la Volta al Clot, en un lugar llamado Clot de la Mare de Deu. En Burriana. Sería mi tercera Volta al Clot: 2007, 2008 y ahora 2011. Por cosas del destino ( y del apellido) llevo el dorsal 1. Que presión, qué presión. Una vez vistas las demás corredoras, la presión desaparece: no hay nada que hacer.
Primera vuelta, primeros 3000 metros, 14 minutos 17 segundos. Me encuentro bien, tranquila pero sin despistarme demasiado, que llevo a cuarta chica ahí delante, cerquita. Sobre el kilómetro 4 un hombre se me coloca al lado, se me ve el plumero a kilómetros: estoy intentando leerle la matrícula a la cuarta chica. Ven conmigo. Y yo con él.
Ponte detrás. Y yo detrás.
Aguanta. Y yo aguantando.
Adelántala cuando queden 150 metros. Y yo...la adelanté sin querer y perdí la referencia.ç
¡¡¡CORRE!! (desde atrás) y yo, que miro a la derecha y la veo venir, me pongo a correr como las locas para al final llegar justo justo, detrás de ella.
Y la bronca que me echó aquel hombre ¡mare de deu del lledó! De todas maneras, de ser quinta a ser cuarta... no sé, no sé...tampoco es para tanto. Porque ¿qué voy a decir yo?
6100 metros, 28':58".
Doblete de carreras de fin de semana. Como antes.

2 comentarios:

Genín dijo...

Por lo menos tuviste dos días lalala...

Hasta que te pases un mes en el Sahara no vas a parar de andar por desiertos...jajaja
Besitos y salud

MANOLI CXM dijo...

Juas, juas...¡CORREEEEEE!!!!! jjejej, vamos, sal a correr y escribe que me muero de la risa leyéndote.
Bss
A mi sí que me importa, ser cuarta o quinta, lo de cuarta duele más, medalla de chocolate!