5 de septiembre de 2012

De batallas



Pasaron un Tour y diecisiete etapas de la Vuelta. Y, justo después de la etapa 17, después de verla en diferido, porque, perdónenme los fieles, la hora del ciclismo es una hora muy mala, de mucho sueño y más calor, lo que hace que, en ocasiones, sea -casi- tan difícil verla como disputarla, justo después, me doy cuenta de que se acaba el verano, de que la luz de las tardes es azul y muy clara. De que el desierto está dibujado perfecto en el horizonte, contorneado con lápiz negro.
Es Septiembre.

Y yo con estos pelos, apenas he hecho nada de lo que pensaba hacer, si bien es cierto que realmente no había pensado hacer nada. Me quedé empachada con la 115 y empachada con la Quebrantahuesos. Así que decidí hacer no más de lo que me apeteciera. Y no más he hecho.

A finales de Junio me di un salto hasta Vielha con idea de hacer una travesía medio desconocida llamada Passaran, de la que ya casi no tengo recuerdos ni constancia porque las fotos se quedaron para siempre en un tarjeta micro-sd perdida en algún rincón del mundo. Recuerdo el refugio de Estany Llong, el port de Vielha. Port de Ratera, Saboredo. Caballos, vacas. Recuerdo la tormenta, Sant Maurici, Boi. El autobús, el coche. Saint-Lary. El pueblo del precioso lago. Los días en Vielha que no tendrían que haber terminado.
Me acuerdo, y no me acuerdo. Quizá no pasaron.
Los lagos de Colomers, el circo y el refugio del mismo nombre.
Quizá España ganó una Eurocopa, otra.

El regreso fue duro.

Y me dediqué a correr. A correr por sentirme corredora de verano, que ya es sentirse algo. Pero no me duró demasiado la emoción.
Y entonces volví a la bicicleta, y hubo días para todo.
Y volví a las salidas de martes y jueves, que no decepcionan.
Y pensé que debía volver a las carreras de verano, y lo hice.

Pero en cuanto pude salir a escape, lo hice, y estuvimos perdidas en la Font Calda, entre cabras y flautas. Y la bici, y la Patry, que siempre son buenas compañeras. Y nuestros teléfonos, hipercomunicadas, descansando cuando por fin no había cobertura. Ni 3G. Que tontas somos, con lo fácil que es apagar, bloquear, e incluso mandar a tomar Fanta. 66 kilómetros de túneles y cervezas. Olvidemos los túneles, y tomémonos otra cerveza. Vayan las claras por lo oscuro.

En Xodos hicimos un alto, y corrimos. Y estaban Jesús, y Miguel, y sus esposas. Y Silvia, y Tere, y la otra Silvia. Y corrí lo más rápido que pude, pero no fue suficiente.

Cuando volví fuimos a subir el Bartolo. Otro espejismo.

Y tras carreras rápidas y cortas, agónicas, ocurrió un día de largo por donde siempre, de cuando siempre era cada día. Y en la Font de Roc sigue lavando la ropa la misma señora de hace siete años. Y seguramente de hace veinte. Porque hay cosas que no cambian en veinte años, y otras que tardan veinte años en cambiar. Y otras, que de cambiadas, ni siquiera se parecen.

Y el siguiente descanso era fin de semana. Pirineos. Esperando un -merecido- homenaje de Repsol, Campsa o Petronor, conduzco hasta Sabiñánigo. Y de ahí nos vamos hacia Formigal.

Anduvimos tranquilas hasta Respomuso (o Respumoso) y nos dormimos temprano, otra vez sin móvil ni cobertura, ni 3G.


Intentamos la Gran Faxa, que además de grande fue ventosa. Llegamos hasta donde quisimos, y volvimos a echarnos una siesta en un prado cualquiera, frente a un lago cualquiera. Bajo un cielo que a medida que avanzaba la tarde era más y más azul.

Sin querer terminó el fin de semana, y sin querer comenzó otra semana.

Y Purito perdió el rojo, como casi todos esperaban desde hace días, pero cuando ya casi nadie lo esperaba. Y en este punto me pregunto cuándo está la batalla perdida.



11 comentarios:

Genín dijo...

Este año la vuelta está genial!
Sinceramente, pensé que la vuelta ya era de Purito, tras los intentos inútiles de contador, pero ya ves, se ha ido al tercer puesto.
Buen resumen!
Besos y salud

marilove dijo...

Que guay nere, cada vez me gusta más como cuentas las cosas, lástima que sean tan espaciadas las crónicas pero ya se sabe que lo bueno se hace esperar!! ya sabes si te da pereza Soneja anímate a los 5 Km del Cau y si no nos vemos a ver si organizamos una quedada de chicas que hace siglos, aunq sea para tomar una cervecica!! Muchos besos.

Takuma Ggroc dijo...

Brillante Nere...
Cuanto dicho y tan poco dicho en tan breve espacio.

lola dijo...

Bonito relato ¿hipercomunicada? ¿no lo dirás por la mamá pelmazo?
Besitos y no te enfades hija que es una broma.

Antonio dijo...

Como siempre muy entretenidas tus entradas.

Anónimo dijo...

Purito lo intento hasta el último momento. Porque es un grande ....

JoseCarreras dijo...

Que bien escribes Nere.... es todo un placer leerte !!! ........ Aunque siempre ese tono pesimista en tus palabras... ains...

javi dijo...

Hola Nere

Que disfrute es entrar en tu blog!! Y no es peloteto, que esto de los blogs lo tengo "un poco" olvidado.

Menos mal que se fue la cobertura :p Estoy pensando en cambiarme el mío, precisamente pq el mío es de los viejetes y no tiene inet.

Y concuerdo contigo: lo de que el ciclismo es duro en la hora de la siesta y en que no pensaba que Purito iba a perder el rojo en esa etapa.

salud

patry dijo...

muy bien resumido!! y la batalla no esta perdida.. nunca!
un besito muy fuerte!!

Lola Steiner dijo...

Ay qué chulo todo...

depiedraenpiedra dijo...

un beso Genin,gracias.

Ay Marique no nos vemos!!

gracias rober

madre, déjelo estar.

gracias ANtonio

sólo falta definir cuándo llega el último momento,J

ayssss jose es que sale solo...

qué alegría leerte Javi, no te olvides de esto...

patry... Hay veces en que una cree que ha perdido una batalla, y realmente no se da cuenta de que está ganando una guerra...

un beso, lola mía!!