21 de marzo de 2013

Villafranca-Sant joan- Villafranca

Continuaba Noviembre. Y tras algún martes, algún jueves y una huelga general, llegó otro fin de semana de vacaciones. Estamos que lo tiramos. Tres en un mes. Tiempos de mucho, vísperas de nada. Y precisamente por eso, cada rato libre, con el mismo horario lo aprovechamos como si nos fuera la vida en ello.

No me acuerdo bien cómo se nos ocurrió, pero enseguida estuvimos de acuerdo:
Sábado: Villafranca - Sant Joan de Penyagolosa. A pie, que daban vientos y lluvias y no sé cuántas cosas terribles más.
Salimos de Villafranca a las nueve de la mañana ¡¡qué temprano!!  En estos meses de invierno, y más allá arriba en la casiestepa,  a las nueve de la mañana hace un frío que pela.
De Villafranca anduvimos hacia La  Estrella, por una pista por la que a ratos trotamos, a ratos caminamos, uno más aprisa que otra. Qué perezosa....
En la Estrella, Sinforosa, Los gatos, el perro, y el marido. Y una maravillosa tranquilidad entre la neblina y  la lluvia fina que no molestaba. La tranquilidad terminó cuando El Marido soltó al perro y de allí salieron despavoridos la veintena de gatos, que saltaron, corrieron, se subieron a los árboles y hasta al motor del Santana entraron. Y yo preocupada por si mi gato se estresa si lo dejo una noche en la terraza...
Cruzamos la rambla por el puente, esta vez pasa agua, y no poca. Y comenzamos a subir por una senda de otoño de catálogo, si es que existen catálogos de Otoño. Con sus ocres, su humedad, sus verdes. Sus hojas secas en el suelo.
Para variar, y aunque mire el mapa, no recuerdo mucho del recorrido, así que resumiré contando que pasamos el Plà de Vistabella por carretera, donde llegamos a meternos en una suerte de refugio que no sé si era refugio, granero o búnquer, pero que allí está, subterráneo y con sus dos puertas. 

Después de perdernos un poco por algún camino traidor, llegamos a Sant Joan. 31 km.

Al día siguiente salimos por donde teníamos que salir y tomamos el camino correcto, mucho más interesante que el del día anterior.  Con su senda empedrada y todo. Óscar sigue andando igual de deprisa y yo me emparro (de emparrarse, o abstraerse)  contando sus pasos e intentando que los míos tengan la misma frecuencia. Abandono a los 30 pasos por imposibilidad mecánica y paso a la segunda estrategia, que es compensar frecuencia con amplitud. Fracaso absoluto. La tercera estrategia es empezar a protestar. ¡¡¡cómo puedes andar tan rápido!!! Menos mal que tiene paciencia.



Después de volver a cruzar el Plá de Vistabella, hoy en sentido contrario, encontramos una pista ancha, cómoda, por la que anduvimos largo rato. Qué bonito. Cuánta humedad. Mira, la pista baja hasta la rambla. Sí, ahora la cruzaremos.


Pardiez! La rambla no es río sino rambla, y esto es: "Lecho natural de las aguas pluviales cuando caen copiosamente". Y eso había pasado días antes. brrrr. qué frío. Mejor hacerlo cuanto antes.






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Genial, ya está pasada. 

Más tarde seguimos por la misma pista, comimos en una caseta, o lugar donde alguien guarda paja. Y seguimos por la interminable pista que al final de los finales, tras muchos muchos kilómetros, nos deja de vuelta en Villafranca.  36 km.

Y otro fin de semana de fotos y rutas.


7 comentarios:

Genín dijo...

Hola Guadianita!
De todo, ese baño de pies os debió de dar mucho gustirrinín...jajaja
Besos y salud

Oscar M. dijo...

Q ruta mas bonita, y en esa época del año mejor. Finde genial, como todos. xD

marilove dijo...

Que fotos más chulas y que fría debía estar ese agua!!! Que guapa y feliz se te ve, me alegro mucho, besos besos y más besos!!
(aprovecha todo lo que puedas esas escapaditas por los q no podemos, jejejej)

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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