cuesta abajo...

Madre mía, que desastre. Y pasa otra semana y yo sigo sin hacer nada de nada. Nada deportivo digo...aun me estoy aclimatando. Nos estamos aclimatando.
El domingo sí o sí. Hay que salir. Organización. A mediodía como los masoquistas, dejamos el coche en la Magdalena y paralelos a la autovía que nos vamos. El Rubens que no sale desde tiempos inmemoriales (eso es el diezmil del Grao) está hecho unos zorros (cosa que me motiva infinitamente). Por aquí se sube a Montornés. Pues bueno, pues subimos. Cuestas infernales...¿ a qué me calo? Rubens pasa de todo y sin cortarse ni medio pelo se pone a andar. Venga venga, sigue riéndote de mis kilómetros a siete en la subida al desierto. No oigo tu risa...no la oigo. La confianza da asco.
En realidad nos hemos pasado, la mejor manera de sacarlo de un mes de descanso forzoso no es ponerlo a subir cuestas como un energúmeno.
Pero al final nos salió una horita, y sobre diez kilómetros. Vamos, lo que se dice una castaña. Pero como siempre, entretenido.