De la Isleta al Refugio

Y al muelle grande y al muelle graandeeee...son los hombres valientes, que dios los guarde, que dios los guardeeeee . larala larala. Timples y bandurrias.

Lunes, el viaje y la resaca de la media. Caminar por Las Canteras. Martes, comer y comer. Caminar por Ciudad Jardín, caminar por las Canteras, caminar sin que llegue a compensar, ni de lejos, lo que continuamos comiendo.
Miércoles Turismo rápido, que si no nos da tiempo de ver nada. Así que a mediodía, como si hubiera algún problema en salir a otra hora de menos calor, nos ponemos en marcha, y salimos dirección playita. Las Canteras, se dice.
Y rumbo a La Puntilla, nos ponemos a trotar. Buen tiempo, solete y ganas justitas de trotar. Más ganas una que otro, lo compensamos con lo lenta que es la una. Se nos acaba el paseo de toda la vida, y seguimos por el que continúa, más bonito y más marinero. Y se nos acaba también, y nos metemos en el Confital, con sus pistitas de tierra y y sus Lomas Coloradas tan cercanas. Tan cercanas estaban que decidimos seguir a un runner disperso y subirlas. Primero una, después la siguiente. En la siguiente está la cruz de rigor, con sus vistas sobre el Istmo de Santa Catalina, espectaculares por lo raro. Esas subiditas las vamos haciendo al golpito, xino xano. Andando, vamos. . Nos decidimos a bajar casi por el mismo sitio, y en una vuelta algo más animadita, llegamos a casa mamá. Diez kilómetros con playa y montaña. Quién da más.
Del turismo, ya hablaremos.
Y de lo abrupta y empinada para todos los lados que veo la isla desde sé que haré la Trans....también.