El viernes por la noche corrimos, o más bien, nos corrimos una juerga. El marathon gitano, se llamaba. Y allí corrió el vino, corrió la carne, corrieron los gin tonics y corrió Rita la cantaora que también vino.
El sábado y el domingo fueron dos días de fin de semana, como siempre. Y no llovía.
El lunes andaba yo algo mosca porque tantos días de relajación no me terminan de venir bien. Así que, tras ciertas negociaciones, salimos hacia la ronda sin pulsómetro ni nada. Ronda falsa va, ronda falsa viene, que la auténtica está encharcadilla. En el tramo final hago ese cambio que me gusta y que me recuerda que tengo piernas. Once kilómetros y hora cero tres. A cinco cuarenta y tres.
El sábado y el domingo fueron dos días de fin de semana, como siempre. Y no llovía.
El lunes andaba yo algo mosca porque tantos días de relajación no me terminan de venir bien. Así que, tras ciertas negociaciones, salimos hacia la ronda sin pulsómetro ni nada. Ronda falsa va, ronda falsa viene, que la auténtica está encharcadilla. En el tramo final hago ese cambio que me gusta y que me recuerda que tengo piernas. Once kilómetros y hora cero tres. A cinco cuarenta y tres.
El Martes se me quitaron las ganas de salir cuando me di cuenta de que llevaba un buen rato comiendo polvorones, nueces de macadamia y anacardos, pero ya habíamos dicho que salíamos...y bueno, una es mujer de algo de palabra. Así que trotín trotán, con pulsómetro para hacer caso de las Rs famosas y con el fore para tener clara la jartá de kilómetros que íbamos a hacer. Ronda para variar y a la altura de la ciudad de la Justicia empiezo a tener pensamientos negativos. A mitad de la ronda, la macadamia se amotina en mi estómago: comienza la revuelta. [modo indignada ON] Mira...sigue tú que yo paso de todo [modo Indignada OFF]. Me doy la vuelta y ando entre pensamientos negativos. En ese momento llevaba 4000 metros y 22'29". A cinco treinta y siete. Ochocientos metros más tarde, decido que de esta manera nunca llegaré a ninguna parte (y me refiero a casa) así que reemprendo el trote, que termina 2900 metros y 18 minutos más tarde.
Conclusiones varias:
-No sé si fue la macadamia, la velocidad terminal o una mezcla psiconavideña de ambos.
-Siempre nos quedará Galoway
4 comentarios:
Cuidado con los polvorones, aún recuerdo la jartá que me di una vez que Julita llevó a casa, jeje, tuve ciertos problemillas.
Hombre las nueces tendrian algo que ver pero digo yo que los polvorones muy digestivos no son....
Al menos te lanzaste a correr algo, yo llevo desde la semana pasada en modo "nohagonadaporquenitengotiemponimeapetece".......en fin, hoy tampoco porque tengo una presentacion de un libro que han escrito varios amigos "12 plumas y un pincel".....asi que me queda mañana para estirar las piernas antes de Espadan. A ver si formamos el trio de la muerte en espadan....
Un besote
Va, va, va....superwoman (leasé en plan cariñoso), no le eches la culpa a las de macadamia qué bien buenas están. Peor hubiera sido correr con un polvorón en la boca jajajajaa. Venga, ánimo que tan bien te mereces un descanso.
Echaba de menos leerte de la Ronda falsa.;-P
jejej...es que no tienes medida, madre.
Zarpazzo, los polvorones lo que son es sagrados. ¿quieres que te lleve algunos para el domingo... y nos los comemos en el pico? En fin, no te preocupes por no estr saliendo mucho, hay épocas de más y épocas de menos.
Hola Jungly!! están buenas pero me temo que son indigestas cuando son consumidas de forma masiva. ;)
La ronda falsa...sí...es que ahora como salgo con Irene y ella es muy auténtica...oues me lleva por la buena ;)
besillos
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