A Castro por Cantallops

El miércoles estuve la mar de ocupada intentando formatear, reformatear, descargar, salvar...al borde de un ataque de nervios. Total para casi nada. Menos mal que por lo menos quedé para una rodadita por montaña para el día siguiente: el jueves. A las dos menos poco llego a Alfondeguilla. La verdad es que el pueblo se me hace simpático. Como sigo con mi problemas informáticos no llevo ruta alguna cargada, pero da igual, hoy llevo sherpa. ¡Comenzamos! Y comenzamos siguiendo el mismo camino que se hace el dia de subida senderista a Castro. Pista ancha transitable, toda hacia arriba. Silenciosos, avanzamos. Se me cargan los gemelos para variar, y los tibiales y... ¿necesitaré un masaje? ¿estaré sicótica? ¿nerviosa? ¿asustada? uhm...desvío de recorrido. El sherpa me saca de mis pensamientos. Para atrás, al trote...y continúo... ¿me duele, no me duele? ¿estoy cansada? Es para allá. ¿qué...? vale...y otra vez desandamos lo andado. Tras repetir la operación pista arriba - pista abajo algunas veces más, caigo en la cuenta de que es la tercera vez consecutiva que salgo al monte... y... pierdo el camino...y esta vez no voy sola...y....Jajajajjaaj¡¡¡menudo sherpa me he buscado!!!.

Pero parece que el asunto sólo me hace gracia a mi....
En fin...subir y bajar ese par de kilómetros de pista es muy entretenido, pero mejor idea fue subir al Castillo de Castro. A Castro por Cantallops. La ruta es preciosa, dura pero preciosa. Ando la subida con el sherpa delante, parece que ya no nos perdemos. Castillo, vistas, y bajar. Y de nuevo el sherpa delante, que se espera de tanto en tanto (y eso que yo estaba convencida de que estaba bajando mejor que otras veces) Vuelta a Fondeguilla, fin de la salida. 17 kilometros contando la hora que estuvimos subiendo y bajando aquella pista.

Y este es el recorrido circular, super-recomendable