De tallas, planes y guiños.

Actualizando por inercia, como si tuviera algo que contar, y colocando una foto de la última oferta del lidl.

El lunes por la tarde ya tenía el tobillo bastante dolorido. Mieerrrr

El martes me dolían ambos pies. Pero (primer día de descanso), empezaban los días buenos. Piscina, por lo menos piscina.... Mil doscientos metros variaditos. Estiramientos en la peque y conciencia semicalmada.
Miércoles volvió a ser un día Ikea. Coche, cientos (o cienes) de kilómetros, muebles, lamparitas, mariconeces varias, arriba y abajo. Si esto no cuenta como entrenamiento, que baje Dios y lo vea. Pero por si acaso, a última hora, mil metros de piscina: pirámide, y piernas, tablita, crol... lo que sea para que algún día, volvamos a aquellos 2000 metros de antes: ¿dónde estarán?
El jueves tenía un plan. Consistía en seguir el PRV-1 desde Culla hasta Villafranca, para ver el estado del sendero antes de aventurarnos por él el martes. Fuimos a Culla por el camino más bonito, que no más corto, y encontramos un tranquilo (tranquilísimo) pueblo en lo alto de una pequeña muela. ¿O es una montañita? Del sendero ni rastro, y el GR7, que también pasa por allí, señalizado en una única dirección. La que no necesito. Después de vueltas y vueltas al pueblo, preguntar a algún abueete autóctono, pedir información en el Ayuntamiento y tomarme una cocacola en un bar, presa del más absoluto hastío, decido tomar la pista de la curva. Dejamos el neremóvil, y paseando, progresamos por la pista, que es un sube y baja del que se aprecia ese paisaje tan característico, de piedra blanca, tierra y carrasca. Vertedero clausurado, al carajo el romanticismo.
Me adelanto un poco al trote, me apetece probar el tobillo. Y poco a poco va desapareciendo el camino, cada vez más cerrado, cada vez más difícil de seguir. A lo lejos se escuchan vacas, pero ni las veo. Media vuelta, esto no es camino para hacer tras 70 kilómetros.
Intentemos seguirlo desde Villafranca, dice la descripción que pasa por la ermita del Llosar. Visitamos a Sergi en La Parreta, desde luego si alguien sabe algo de este sendero, es él. Y de allí salimos, rubens con un calippo y yo ya decidida a que vendremos a Villafranca por La Estrella.

Pues bueno, todo ha salido como pensaba, es decir, al revés de lo planeado. Por lo menos tengo zapas nuevas de montaña. Verdes que las quiero verdes. Dos tercios de número más, 40 euros menos...lástima.

Y hoy ya es viernes, y no he publicado esto. Y he salido a rodar un ratito. Aunque todo indicaba que no iba a poder ser: vuelve la tos, cansancio, picor de ojos, dolor de garganta, mocos, los padres de Rubens a ver el piso...

Al final todo se resuelve favorablemente. Frenadol para mi y café para todos. Y a una hora razonable, ronda que te doy. Ronda buena y auténtica hasta el final ¿me encontraré a Irene? En fin, para estar desarrollando otro resfriado, o constipado o cosa chunga que no me deja en paz...Voy, vengo, auditorio, Lidón...Via pecuaria . Y vuelta estúpida para que sean 60 minutos justos.Diezmil setecientos metros.