Llegó el martes, día de cambio de mañanas a noches, uno de los elegidos por la sección sensata del UBE team para continuar su preparación para el Aneto.
A las 7 y poco de la mañana estaba dejando el Neremóvil en Almédijar y presentando a Rubens al personal. Comienza la ruta.
El recorrido lo ha elegido Hector, él va con sus waypoints y yo me he fabricado la ruta para el fore, así que se supone que sabemos lo que hacemos. Comenzamos a subir desde el pueblo mismo, por pista forestal, dirección La Mosquera, precioso alcornocal. Pensando en cada cuanto tiempo se hace la saca del corcho, llegamos a la casa de la Mosquera. cada 8. cada 10. cada 7. La respuesta correcta es cada 12. La casa se cae a pedazos, pero desde luego no puedo pasar de largo. Cual Iker Jiménez me adentro en ella no encontrando más que pintadas de loas a Viver, algún avispero y los escombros de lo que en su momento fue un gran edificio. Esto me coge con 15 años ... Sin embargo, tristemente, no escuchamos psicofonías ni aparecen en las fotos más siluetas y sombras que las nuestras propias. Cachis.
Encontrada la senda de ascenso, acometemos las dos primeras subiditas, a Cerro Gordo y Peñas Blancas, y tras las fotos y la bajada inestable de rigor, buscamos sitio para almorzar y aligerar peso en la mochila.
El pico de Espadán se adivina allá al fondo, Charly impone su ritmo y más tarde lo releva Hector, a paso ligero por aquella senda estrecha y algo enmarañada que a ratos es bosque, a ratos pedrera. Finalmente alcanzamos el pico. Y disfruto de las vistas de Espadán como nunca antes. Porque aunque nunca deje de mirar a mi alrededor en las carreras, nunca me paro lo suficiente. Y el pico de Espadán y toda su sierra se merecen calma y paseos en silencio.
La bajada la hacemos crestando, saltandonos el track a la torera e improvisando un nuevo recorrido casi campo a través. El descenso por el pinar tiene una pendiente considerable, ellos corren...yo sólo casi.
Aparecemos de casualidad en la Nevera de Espadán, cosa que alegra a Hector en gran medida y a los demás nos deja algo fríos. El paseito de 22 kilómetros se convierte en uno de casi 30. Pero estamos bien, nos sentimos con fuerza y entre risas y bromas llegamos, primero por el precioso barranco de Almanzor y luego por camino forestal, anuestro punto de partida. 29560 metros, con 2370 de subida. Siete horas, un poco menos por las paraditas.
Desde luego, esta gente va a llegar al Aneto. Llegaremos.
A las 7 y poco de la mañana estaba dejando el Neremóvil en Almédijar y presentando a Rubens al personal. Comienza la ruta.
El recorrido lo ha elegido Hector, él va con sus waypoints y yo me he fabricado la ruta para el fore, así que se supone que sabemos lo que hacemos. Comenzamos a subir desde el pueblo mismo, por pista forestal, dirección La Mosquera, precioso alcornocal. Pensando en cada cuanto tiempo se hace la saca del corcho, llegamos a la casa de la Mosquera. cada 8. cada 10. cada 7. La respuesta correcta es cada 12. La casa se cae a pedazos, pero desde luego no puedo pasar de largo. Cual Iker Jiménez me adentro en ella no encontrando más que pintadas de loas a Viver, algún avispero y los escombros de lo que en su momento fue un gran edificio. Esto me coge con 15 años ... Sin embargo, tristemente, no escuchamos psicofonías ni aparecen en las fotos más siluetas y sombras que las nuestras propias. Cachis.
Encontrada la senda de ascenso, acometemos las dos primeras subiditas, a Cerro Gordo y Peñas Blancas, y tras las fotos y la bajada inestable de rigor, buscamos sitio para almorzar y aligerar peso en la mochila.
El pico de Espadán se adivina allá al fondo, Charly impone su ritmo y más tarde lo releva Hector, a paso ligero por aquella senda estrecha y algo enmarañada que a ratos es bosque, a ratos pedrera. Finalmente alcanzamos el pico. Y disfruto de las vistas de Espadán como nunca antes. Porque aunque nunca deje de mirar a mi alrededor en las carreras, nunca me paro lo suficiente. Y el pico de Espadán y toda su sierra se merecen calma y paseos en silencio.
La bajada la hacemos crestando, saltandonos el track a la torera e improvisando un nuevo recorrido casi campo a través. El descenso por el pinar tiene una pendiente considerable, ellos corren...yo sólo casi.
Aparecemos de casualidad en la Nevera de Espadán, cosa que alegra a Hector en gran medida y a los demás nos deja algo fríos. El paseito de 22 kilómetros se convierte en uno de casi 30. Pero estamos bien, nos sentimos con fuerza y entre risas y bromas llegamos, primero por el precioso barranco de Almanzor y luego por camino forestal, anuestro punto de partida. 29560 metros, con 2370 de subida. Siete horas, un poco menos por las paraditas.
Desde luego, esta gente va a llegar al Aneto. Llegaremos.
5 comentarios:
Un paseito de 30 km!
!Me muero!
Hay que esperar 12 años para "pelar" el corcho?
No entiendo como no es mas caro...
Besos y salud
Como que "una pena que no hayan psicofonias"????? te gustan unas cosas mas raras.... jajajaj así de agusto ibas el otro dia por el túnel! recordándome a niñas con casión blanco... uuuuhhhh que miedoooo jajajaja
no hombre , non, nada de morirse...lo de los 12 años es así por lo menos en la sierra de Espadán, en otros sitios por o veisto es cada 10 o cada 9 años...Me sorprendió bastante, yo tampoco sé como no es más caro...
aysss Patry, con lo que molan... las vocecitas de niñas en la oscuridad cantando el coro de la patata... ;) ya quedaremos para nadar...
besillos!
Je, pues has pasado bien cerquita de mi pueblo.
Por cierto, si no te importa me guardo la ruta que habeis hecho ya que llevaba en mente hace unos días subir a Espadán y dudaba entre salir de Azuébar o de Almedijar. Así que usaré tu ruta cuando por fin encuentre el tiempo...
Saludos¡¡¡
Guardatela!! es bien chula. Si la hicieras subiendo por la Nevera, por donde bajamos nosotros, sería muy muy cañera.
Saludos!
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