El miércoles ya tocaba correr. O trotar. Irenehiperveloz me recoge en la piscina para irnos a la magdalena, que para eso ya están alargando los días y podemos mandar a la ronda este a tomar viento. El camino paralelo a la autovía es bastante recurrido, es de tierra y parece que las montañas a tu izquierda inspiran un poco más que las vallas publicitarias de la ronda. Las pequeñas subidas y bajadas también lo hacen más entretenido, y el chico de los ojos grandes azules que nos pasa por la derecha sonriente también colabora en la causa.
Cuando estamos más inspiradas, me acuerdo de que trabajo y tenemos que dar media vuelta. Cachis. 11100 metros en hora tres. Bien.
El jueves aprovecho que la élite está de descanso activo para salir con la bici y que me cuente en directo la historia de Zegama. Y la verdad es que, aunque en el blog la crónica es una caña, la cara de felicidad de la protagonista mientras la cuenta, no tiene desperdicio. Contando miles de historias pedaleamos por carril bici hasta Benicassim, y de ahí buscamos la vía del tren que poco a poco van convirtiendo en vía verde.
El acceso está cortado por un camión, la carretera no apetece...así que subimos por una carreterilla con espíritu investigador. Menuda cuestecita... Arriba encontramos una mesita entre pinos y unas vistas preciosas del mar, pero no un camino por el cual seguir. Para abajo.
Por carretera llegamos la Renegá, y entre caminos pretendíamos encontrar un lugar donde bañarnos, pero con lo qu dimos fue con el hogar del tío de los tangas. En fin, busquemos otra cala. Por ahí podíamos acceder (acceder, en ocasiones, es sinónimo eufemístico de colarse) a la buscada nueva o futura, no sé bien, vía verde. Por ella el pedaleo es agradeble, en suave ascenso y con el firme en perfecto estado. Charlando charlando, llegamos a un túnel algo oscuro que me recordaba a los de la Ojos Negros. No se ve más que la lucecita del final, hacia la que nos dirgimos lentamente. Y que si niñas de blanco, que si fantasmas, que si muertos...jejej, echaba de menos a Patri. Alcanzamos la luz final con alivio, y...qué bien, una valla. Pues la podrían colocar antes del túnel. Esto ya me ha pasado más veces... El camino de regreso se hace más fácil, llevamos el sol de espaldas. Volvemos por la futura vía verde hasta la siguiente valla, escaqueo por la izquierda con la ayuda de un amable biker y en Benicassim nos damos un muy refrescante baño. Fin de la sesión, que voy de noches. Cincuenta entretenidos kilometrines. Llanitos...
Cuando estamos más inspiradas, me acuerdo de que trabajo y tenemos que dar media vuelta. Cachis. 11100 metros en hora tres. Bien.
El jueves aprovecho que la élite está de descanso activo para salir con la bici y que me cuente en directo la historia de Zegama. Y la verdad es que, aunque en el blog la crónica es una caña, la cara de felicidad de la protagonista mientras la cuenta, no tiene desperdicio. Contando miles de historias pedaleamos por carril bici hasta Benicassim, y de ahí buscamos la vía del tren que poco a poco van convirtiendo en vía verde.
El acceso está cortado por un camión, la carretera no apetece...así que subimos por una carreterilla con espíritu investigador. Menuda cuestecita... Arriba encontramos una mesita entre pinos y unas vistas preciosas del mar, pero no un camino por el cual seguir. Para abajo.
Por carretera llegamos la Renegá, y entre caminos pretendíamos encontrar un lugar donde bañarnos, pero con lo qu dimos fue con el hogar del tío de los tangas. En fin, busquemos otra cala. Por ahí podíamos acceder (acceder, en ocasiones, es sinónimo eufemístico de colarse) a la buscada nueva o futura, no sé bien, vía verde. Por ella el pedaleo es agradeble, en suave ascenso y con el firme en perfecto estado. Charlando charlando, llegamos a un túnel algo oscuro que me recordaba a los de la Ojos Negros. No se ve más que la lucecita del final, hacia la que nos dirgimos lentamente. Y que si niñas de blanco, que si fantasmas, que si muertos...jejej, echaba de menos a Patri. Alcanzamos la luz final con alivio, y...qué bien, una valla. Pues la podrían colocar antes del túnel. Esto ya me ha pasado más veces... El camino de regreso se hace más fácil, llevamos el sol de espaldas. Volvemos por la futura vía verde hasta la siguiente valla, escaqueo por la izquierda con la ayuda de un amable biker y en Benicassim nos damos un muy refrescante baño. Fin de la sesión, que voy de noches. Cincuenta entretenidos kilometrines. Llanitos...
Viernes ,de pescadilla
5 comentarios:
Niñas de blanco, fatasmas, muertos... Cierto, se nota que es verano.
Por cierto, curioso también tu repertorio de sinónimos.
jejeje no hay nada más veraniego que pasar las noches en algún monte oscuro con muchos símbolos religiosos... :P dan un buen rollo...
En cuanto a los sinónimos...psssi...comsicomsa.
"Cincuenta entretenidos kilometrines."
Lo que se dice un paseo vamos...jajaja
Besos y salud
Un chico de ojos grandes azules??? Chica, no des tantas señas que he tenido que dar explicaciones (y encima yo sin enterarme)!!!
Esta semana repetimos pero más "movidito".
Genin...un paseillo!!
Ays Irene, es que vas demasiado concentrada.... jajajajjaja
Publicar un comentario