Useras, La lloma, el calor, Txopete y las cabras

El sábado tenía cambio largo, esto es, el día libre hasta la noche. Así que era un día perfecto para una salidita larga pre-MiM, alguna historia en bici, una carrerita interesante o alguna cosa por el estilo, así que me acoplo sin pudor ni miramientos al plan de Txopete. Useras-Lloma-Useras. Porque Xodos me parece que está muy lejos y San Miquel muy cerca. Y porque no puede ir uno a la MiM sin haber visto antes de cerca a la señora Lloma Bernat.
Salgo de casa a horas casi intempestivas, a la de los panaderos y los operadores de planta química, y comenzamos la salidita cuando ya es de día y han puesto las calles y caminos en Useras. Este que se va y una que se queda, el otro que no se fija en las marquitas. Que si vete palante, que si que no....La cantinela de cada vez que salgo con alguien a hacer una rodadita.
Siguiendo el camino indicado tomamos el equivocado, que afortunadamente nos devuelve, unos minutos más tarde, al mismo desvío. Me subo al poste, y voilà, está suelta la flecha. La recoloco y seguimos por el camino correcto. No hablo de ritmos, ni de sensaciones ni de nada, porque la cosa estaba resultando más una entretenida vuelta de reconocimiento que un agónico entrenamiento. Mejor.
En San Miquel vuelve a no haber agua ni similar. Y hace calor....rumbo a la Lloma repito la sensación de hace unas semanas, cuando reinaba una calma que creaba más desazón que sosiego. Dos cabras montesas nos miran hieráticas desde arriba y alrededor no se respira más que tierra y calor.
No obstante, como reina la armonía, subimos la lloma sin más problemas. Y una vez arriba, la bajamos algo más rápido.
Ahora sólo queda volver. Y no parece que tengamos prisa. Agua clara para refrescarse el caminante en un abrevadero y seguir el camino de regreso. Sigo sin hablar de ritmos ni tiempos, porque definitivamente estos parecen haberse quedado en último plano. Cuando no resta más que pista, trotamos tranquilamente. Que habrá que cansarse.

31 kilómetros. Mucho tiempo. Paz.

Domingo, unas pocas escaleras, lalala y comida abundante.

Lunes, fisio doloroso y piscina.

Martes, pescadilla. Y termino de leer "el asombroso viaje de pomponio Flato". Genial.