Domingo, otra pescadilla. Hago una mañanita más y me voy de descanso. Tres días libres tres. Hoy casi ya no me quedan.
Lunes.
Yo no quería madrugar. No me apetecía. Ya había madrugado el domingo, y no me apetecía madrugar otra vez. Y sin embargo, madrugué. Recogí a Julia en el lugar acordado a casi la hora acordada y por el camino menos corto, llegamos a un punto de la sinuosa carretera de Ahín/Aín, (CV-200) donde aparqué con menos problemas de los previstos.
Indecisamente, comenzamos la ruta prevista en el sentido que nos vino bien. No tengo demasiada fe en esta salida, continúa el persistente afincado en la pierna izquierda, da igual que ande, corra, nade o haga el pino. Él, persiste. Un dolor Tauro.
En fin, nos costó arrancar, pero por fin comenzamos a andar por un PR bien señalizado y aparentemente limpio de zarzas. ¡Ay!¡almas cándidas!. Primero todo iba bien, subimos cerro gordo sin problemas, y tan contentas que hasta nos dio por sacarnos una fotico para inmortalizar el momento.
Seguimos recto y la cosa se empezó a poner punzante. Punzante o pinchosa. Primero unas pocas zarzas, y luego otras más. Y cada vez más altas. Y más densas. Oye, ¿que no lo esperaremos aquí? Julia parece estar harta de tanto arañazo, pero ahí vamos, como salidas de una película gore. Bueno, pero mejor bajo una sombra...
Aún buscábamos (en balde) esa sombra, cuando apareció Javi de entre los matorrales. Mira, este va peor que nosotras... Y me refería a lo ensangrentado.
Y ya los tres continúamos el recorrido en el sentido correcto, es decir, dirección NO. Así que volvemos Julia y yo a pasar por los mismos pinchos y a enredarnos en las mismas zarzas, y también a subir una vez más a Cerro Gordo.
Lo siguiente es Espadán, y el recorrido lo recuerdo bien de la salidita con la sección sensata de los del trabajo. Voy tranquila, pero no cómoda, la molestia del isquio me da vueltas y vueltas en la cabeza.
Espadán sigue siendo un pico precioso. Y sus vistas espectaculares. En parte debe ser porque cuesta cierto esfuerzo llegar a él, y una saborea la cima de otra manera. Aunque sea sólo un piquito minúsculo en mitad de una pequeña sierra.
Bajamos por la Nevera, y ya en la carretera, descansamos, charlamos y dejamos que Javi siga su camino. Para mi ya está bien por hoy, estoy de descanso.
Llevo casi el track que nos conducirá hasta el coche, sólo hay que tener en cuenta un pequeño desvío a la izquerda....
Tomamos la pista de la Íbola bajo el sol abrasador, y por ella anduvimos un buen rato, quizá algunas horas. Hasta que sorpresivamente llegamos al coche. Por una vez no me he equivocado de camino.
Nos han salido unas seis horas, con paradas y paradones. Ventiun kilómetros y pico. Me ha encantado la salidita, a pesar del monte bajo y de los dolores. Me hacía falta. Todo, menos el momento....¿de dónde salió esa furgoneta?
4 comentarios:
Cuantos años sin oír esta canción. Como pasa el tiempo. Qué joven está la Cristina.
En fin, todo pasará, los dolorcillos se irán como vinieron y a circular. No te quedaras como la "pata gambá".
Menos mal que la paciencia es gratis.
No vi el video porque tengo a una amiga durmiendo al lado, pero si te puedo mandar besos y salud.
Qué precioso el Espadan!!!!...sobre todo con paradones!!!!!!!!!...
Espero que ese isquio dolorido se largue ya de vacaciones!!!...dile que ya va siendo hora que el veranito se está acabando!!!!
Buen entrene, desde luego...con amigos y zarzas, más bonita aún la montaña!
Besitos guapa y gracias por tus palabras, siempre.
Pues ...unos 24 ó 25 añitos.....la cris. No me quedaré así, no...
Besos y salud, genin!
un besazo Syl. Que poquito te queda...
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