25 de julio de 2010

Cavalls del vent (y II)

Igual habíamos puesto el despertador demasiado temprano, en todo caso no sirvió de mucho porque nos levantamos algo más tarde. Desayunamos lo que nos había dejado la guarda y nos pusimos en marcha. Era poco menos de las 5 de la mañana, así que debía hacer algo de fresco, o por lo menos debería empezar a hacerlo en una horita. Por eso de la inversión térmica.
La etapa comenzaba tranquila por una pista ancha que no acertábamos a ver bien, pero que subía sin amenazar y sin que intuyéramos lo que se avecinaba. Poco duró eso, de pronto el fore nos indica desvío de recorrido, así que nos toca investigar en la oscuridad por dónde continuaba nuestro camino. Efectivamente, el camino correcto era aquel, el que se adentraba en una pared en la que abetos y pinos se burlaban de la ley de la gravedad. Y mientras subíamos iba amaneciendo poco a poco, e íbamos entrando en la niebla, que se movía caprichosa valle abajo, montaña arriba.

En kilómetro cien subimos desde los 1604 msnm hasta los 2011. No estuvo mal. El camino se suavizó de pronto allá arriba, y llaneábamos o subíamos entre pastos llenos de caballos que aparecían de pronto entre la niebla. Aquello podía vivirse como un sueño, difuminado como se veía.

Ahora debíamos bajar hasta el Coll de Jou, que era antes un paso de contrabandistas y ahora un lugar que no conduce a Saldes , y de allí subir a las Peñas altas. La niebla seguía dejándonos sin palabras: otra borrachera de paisajes.


Hacer la travesía en este sentido y no en el contrario, que puede que sea más convencional, nos deja de regalo subir hasta Niu d'aliga por su cara más alpina, por uno de esos senderos pedregosos de alta montaña, abiertos, en los que uno ve el final allá arriba, muy lejos, y el compañero se va haciendo más y más pequeño hasta casi desaparecer en cuestión de minutos. Como si se lo tragara el cielo. El refugio de Niu d'aliga es el más alto del pirineo, a 2520 metros, pertenece a Ferrocarriles de Catalunya y está dentro de la estación de esquí de La Molina. Y es toda una alegría llegar a él.
A estas alturas, de altitud y de tiempo, la niebla ya había desaparecido. Eran quizá las 11 de la mañana, buena hora para almorzar. Y eso hicimos.
La siguiente etapa no debía ser demasiado dura comparada con la que acabábamos de hacer, de hecho no suponía más que una larga bajada de 7 kilómetros y cuatrocientos metros de desnivel, en la que no teníamos otra cosa que hacer que no fuera mirar alrededor.

Así que llegamos al refugio del Rebost sin pena ni gloria. Otro más, sólo quedaban dos.
Salimos de allí después de tomarnos una cocacola, bajando por la misma senda por la que habíamos llegado, que cada vez estaba un poco más llena de barro y con la pendiente más pronunciada. Sin duda, en sentido contrario, este debía ser un buen accidente. Ya se sabe, las gallinas que entran, por las que salen.
Llegamos al Río Greixer y allí nos formamos un pequeño lío de señales que pudimos subsanar con un poco de "campo-a-través" y pronto comenzamos con el ascenso al refugio de Sant Jordi.
Algo bastante curioso es que la señalización, las explicaciones del recorrido, todo, o más bien, nada, tiene información sobre distancias. Sólo de tiempos. Y los tiempos son tan relativos...
en todo caso, no teníamos ningún problema de tiempo.
La pista sube y sube, y nosotros habíamos dejado atrás nuestro obligado momento de bajón y subíamos animadamente. Quizá demasiado animadamente. La pista se torna senda y la leve subida y pared. Y Oscar delante y yo detrás, subíamos y subíamos. El precioso bosque ahora es bosque denso y un tant o asfixiante. Y las señales naranjas ya no son naranjas sino rojas.

Eso no es una buena señal. Literalmente, digo. También había unas flechas en un sólo sentido. Y algunas cintas. El fore había perdido la señal, y ahora marca que estamos volviendo hacia Niu d'aliga. Y además estamos a 1800 metros y según el mapa sólo debíamos llegar a los 1500.
Blanco y en botella.
La mujer del quesero ¿qué será?

Efectivamente, habíamos subido 300 metros en balde, y ahora debíamos bajarlos. Eso son 600 acumulados en 2 kilómetros. Menos mal que ésto es un entrenamiento y vamos bien, que si no...

Una vez encontrado el camino correcto, cuyas marcas volvían a ser de color naranja, como las navelate, pusimos el ritmo bueno y llegamos, por fin, al Refugio de Sant Jordi, del que no nos gustó gran cosa.

Y por fin, ya estábamos en la recta final, que resultó ser la más fluvial. Primero remontando el Torrent de la Font del Faig, y luego bajando els empedrats, suerte de barranco con piedras y pozas que resultó estar bastante frecuentado.
Y cada vez quedaba menos, y eso se iba notando en los ánimos: será el ansia, o será el cansancio. Llegamos a aquel punto en que la semana anterior habíamos decidido irnos a Saldes, el de los mil carteles de señales confusas, pero esta vez tomamos el correcto, que, pese a ser más corto, era algo más pesado, ya que, si ir por el GR significaban unos 5 kilómetros de llaneo, nuestro camino tenía poco más de 4 kilómetros con un par de subidas y bajadas.

Así y todo, hicimos bien. La bajada final nos metía en un hayedo ancho y alto, con el suelo lleno de hojas de esas que saltan a medida que vas caminando. Preciosa imagen que ya no tomamos, cansancio mediante.

Conseguimos llegar al Gresolet de día. 32 horas desde que salimos el día anterior.

Y así quedó el track del segundo día:



Que hacen un total, según el wiki, de 94 kilómetros y según el garmin training de 81 km. Y cuyo desnivel es de 7000 positivos según el wiki y 5700 según el garmin training. Así que supongo que al final habrán sido unos 85 kilómetros con 6000 metros de desnivel positivo.

Y la conclusión final es clara: Me encanta el pirineo, me encanta hacer salidas largas y lo del UTMB es una cosa para la que no estoy preparada de ninguna de las maneras.


8 comentarios:

lola dijo...

¡Qué sitio tan bonito! La próxima vez nos llevas a tu papi y a mi, jeje.

Genín dijo...

¡Y a mi! jajaja
Besitos y salud

Alfonso dijo...

Y esos caballos salvajes, ¿sin problemas?. La idea de las fotos es muy buena, aunque son pocas pero suficientes para hacerme los dientes largos.

La UTMB, ánimo, sin agobios, a disfrutar del ambiente, recorrido y seguro que sale mejor de lo que esperas.

javi dijo...

Ese km casi al 40% debe dejar los gémelos para quedarse estirando media hora y asi contemplar esos paisajes tan bonitos.

Con que la mujer del quesero ayyy jejeje

Que sigan esos super entrenos-diversión :)

Salud

Miguel dijo...

Tiene muy buena pinta la “rutilla” de los caballicos ……..envidiable diría yo, vamos, resumiendo……
Qué envidia!!....apuntada queda ( una mas) en el baúl de “lo tengo que hacer”

…..y cuida esas lentillas….no las maltrates ;)

Pd. Ayyyyy…..en ese estado de “noseporquemeapunté” al UTMB estamos casí todos……da yuyu…..pero merecerá la pena trotar, reptar, sufrir, disfrutar…..o lo que sea…..por las laderas del Mont Blanc….ANIMO!!

depiedraenpiedra dijo...

jejjeje...no sé yo, madre. Usted es muy de ciudad...

Tú seguro que sí te lo pasas mejor, genin

Los caballos no eran muy salvajes alfonso pero se les veía más amigables, en general, que a los del desierto...

jajajjajque será, javiqué será?

La verdad.miguel, es que es muy bonita. Ya la hareis, seguro. Lo del Ultra...pues nada... lo que dure duraré...

MANOLI CXM dijo...

Vique habías hecho esto y me he metido a leerlo, ya que este finde vamos para allá, pero termino de quedar muy mal, porque no sé si el sábado y domingo nos va a dar tiempo.... ya te cuento

MANOLI CXM dijo...

Vique habías hecho esto y me he metido a leerlo, ya que este finde vamos para allá, pero termino de quedar muy mal, porque no sé si el sábado y domingo nos va a dar tiempo.... ya te cuento