15 de julio de 2010

La resaca, la revancha y el cochinito.

Había pasado más de una semana desde (el intento) de la Nùria-Queralt y yo aún tenía algo de la resaca emocional que me dejan estas cosas, y con "estas cosas" me refiero a estas altitudes y desniveles, a estos kilómetros, y, por supuesto, a estos paisajes. Y también a estos fracasos de sabor ácido, nunca amargo. Sólo ácido. "Estas cosas" siempre son un cúmulo de cosas.

Así que se pasó la fase laborable del ciclo, siendo un ciclo un conjunto de 12 días, de los cuales trabajo 9 y descanso 3.
Digo que se pasó con un único día de entrenamiento, llamémosle "útil". Porque Lunes y Martes fueron días de lalala y calor. El miércoles habíamos quedado para tomar una caña y no sé cómo terminamos andando 14 kilómetros con la brisa marina soplándonos el pelo. ¡14 kilómetros!
El jueves, cambio largo y yo no hago nada que pueda considerarse productivo, sin embargo el viernes, cuando ya he terminado de concretar el plan para los días de descanso, salgo de casa bajo el sol abrasador que seca la sierra de Borriol, con la idea peregrina de, por fin, hacer la vuelta del cochinito y descubrir la granja que le da el simpático nombre. Aunque ese día, además de oler cerdos, también me crucé con un rebaño de ovejas, me persiguieron un par de pequeños perros, pasé junto a dos caballos y se cruzaron en mi camino, por lo menos, dos conejos. O quizá eran liebres. No perderé tiempo en discutirlo, en todo caso, saltaban y tenían buenas orejas.
El viernes calor, como el sábado. Y el domingo pescadilla. Y el lunes y el martes...lalala y preparar el siguiente fregao: Cavalls del vent.

2 comentarios:

Genín dijo...

Para ti, el caso es no parar de mover el culo...jajaja
Salud y besitos

depiedraenpiedra dijo...

como no!!!