5 de julio de 2010

Un año después (I)

El jueves salí a la hora en que hasta los lagartos deciden buscarse una sombra. Segundo intento de completar la ruta del cochinito, que en breve se convirtió en el primer intento de regresar a casa sin demasiados síntomas de insolación. Así que el asunto quedó en 10500 metros en poco más de una hora.

El viernes, lo mejor era descansar, y viajar.


El sábado empezábamos a las 15:30. A mi las 15:30 me parece una buena hora: cuando llega la noche el cansancio es menor que cuando empiezas a temprano por la mañana. Pero eso es cuestión de gustos.
Cuando bajamos del tren cremallera ya llovía. Yo llevaba el chubasquero en la mochila y decidí que era el momento de sacarlo. Por todas partes bastones, medias hasta la rodilla, mochilas de colores, buffs, pantaloncitos, olor a reflex, conversaciones en clave (4500 positivos, 24 horas, Santuario de Queralt...) Confesiones: es mi primera vez, estoy nerviosa. Por mi parte hace rato que no puedo estarme quieta, me toco el pelo y muevo la pierna insistentemente.
Salida escalonada: primero salen los que se han puesto delante, y después, los otros. Esta vez estamos a mitad de cola, que parece un buen sitio. Lástima que se me ocurriera parar a ponerme (otra vez) el chubasquero nada más empezar. Porque nada más empezar empezó a llover. En estas cosas una siempre tiene las de perder, haga lo que haga. Si paro sé que va a parar de llover. Sin embargo, sé que si no lo hago seguirá lloviendo durante largo rato, más o menos hasta que logre estar completamente mojada.
Efectivamente, dejó de llover y ya había llegado a ese punto de estar más mojada por dentro (de la ropa) que por fuera. Estupendo. Pero igual seguiremos.

Vamos por una faja preciosa. Y yo ya estoy decidida: (casi) ningún reloj va a fastidarme la paz que me dan las vistas de tanta inmensidad. Y la amplitud.
Bajamos hasta la font de l'home mort, ya no llueve, así que este año el avituallamiento está seco y tampoco hay demasiado riesgo de resbalar con mierda de vaca y, en consecuencia, morir, como Heráclito, ahogado en estiércol. No, este año todo pinta mejor.
Comenzamos la primera subida dura, es el punto en que una debe empezar a encomendarse a su Dios, cosa que para mi supone un auténtico dilema y que resuelvo entregando mi voluntad a la suerte o al devenir.
Amigo, más que seguirte, te persigo. Parece que paramos un poco.
Pas dels lladres. La fila se estira y pronto se convierte en una hilera de personas de andar cansado y cabizbajo. Cuando levantas la vista ves allá adelante, allá arriba, la Tossa del Pas, y a un lado el camino que conduciría al Puigmal. Pero si te paras y miras hacia atrás, hacia abajo, te sientes alta, como en un pedestal, y puedes disfrutar de lo infinito del paisaje, del tímido arcoiris que apareció justo en ese momento. De las finas gotas de lluvia que siguieron al granizo. Y ver avanzar a todos aquellos hombres y mujeres con la cabeza agachada, como en franco recogimiento, no tiene precio. De pronto, en un paso, dejé de oir nada. Había cesado la tormenta y no se escuchaba absolutamente nada, todos los sonidos se perdían en la inmensidad, dejando una extraña sensación de vacío acústico. Por llamarlo de alguna manera.
Es probable que aquel no fuera el momento de empezar con historias místicas de silencios y orgasmos visuales, pero me apetecía contarlo, porque es algo que a posteriori no se explica igual.
Bajamos el bendito tozal sin seguir camino alguno, poco se ve con tanta niebla. Sin embargo, podemos seguir a algunos ¿corredores? que llevamos delante y que parecen conocer el terreno. Y así vamos avanzando atravesando prados y más prados obviando el recorrido oficial, fiándonos de los demás y dejándonos llevar. A fin de cuentas, esto es Pirineos, y qué más da por donde vayas, siempre será un sitio absolutamente mágico.

8 comentarios:

MANOLI CXM dijo...

Un entrene más, en tus piernas, este año, lo raro es hacer algo sin mojarte. El domingo a las 2 y media, salí de casa a comer a casa de mi hermana, si lo sé te acompaño en tu ruta, pero no lo sabía... cogí el paraguas, iba en coche, llegué con los pies chorreando... hasta de casa a casa y en coche te calas... es que no para de caer, está bien, así los campos se riegan. Gracias por dejarme compartir tu paseito, bss
Por si puede ser de tu interés:


28 de noviembre de 2010: K25 Trail de la Calderona
15 de enero de 2011: GR-10 Xtrem

Ana Esteve dijo...

qué mística!

javi dijo...

Hola Nere

Sí que debe ser un sitio mágico pq estás todavía más inspirada ..... ¿No habrán sido hierbas aromáticas pirenaicas? jejeje

Salud

Genín dijo...

¿Andas por os pirineos?
Que suerte!
Orgasmo visual...
Me quedo pensando si alguna vez tuve uno de esos, y sigo sin acordarme...
Salud y besitos

miguelflor dijo...

Nere, lo del chubasquero, creo que es el sino, de todo runner, al menos a mi también me pasa siempre...por si te sirve de consuelo.

Muy buen relato.

Miguel dijo...

....vaya!!....esto comienza a ser mas una costumbre que otra cosa:
Piris+Ultra+Horario vespertino+Verano = chubasquero mojado ......esto va para ser una de las normas básicas del trail....no falla.

....esos pequeños momentos....que digo, grandes!!....de evasión mental, son los mejores y los que mas satisfacción nos dan al recordarlos.....enhorabuena por haberlos vivido!!

Saludos

Alfonso dijo...

No he estado en Nuria pero como todo el Pirineo debe ser fantástico. Como escribiste hace algún tiempo, es estupendo que seas capaz de olvidarte por unos minutos de carreras y entrenamientos y escuches ese silencio mágico que existe en la montaña.
Suerte para ese ultraplan que tienes ideado para los descansos.

depiedraenpiedra dijo...

Tienes razón Manoli, y además el pirineo en esta época...chapuzón seguro. Gracias por las fechas, espero poder repetir el GR10.

Buas Ana Y esto no es nada... ;)

jajajja la verdad es que todo suma javi jejejeje aún estoy de resaca.

Anduve por los pirineos genin, ya no. Pero volveré pronto. Orgasmos visuales. Seguro que alguno has tenido.

Esos momentos son lo mejor de estar por ahí, Miguel. A mi me parece que tiro más para ermitaña que para trailera, pero bueno...

Gracias alfonso ya te contaré qué tal. Y a la próxima que tengas oportunidad de ir, no dejes de hacerlo, te encantará.

un beso chicos, gracias por la visita.