El diezmil de Almazora me dejo la moral por las nubes, aquí la menda se sentía como el Hussain Bolt ese, pero versión bajita. Y la moral suele hacer que me meta en asuntos poco comprensibles. Como el martes que me dio por pillar la bicicleta y subir el desierto, y de ahí subir a Oropesa, y de ahí subir a Cabanes desde la Ribera, y de ahí bajar (por fin) hasta el camino Miravet, y de ahí subir (otra vez) hasta el desierto. Y allí pensé subir (grrr) hasta el monasterio nuevo, pero el sentido común me hizo bajar (bien) para coger la pista de los toros y subirla (¿qué si no?). 76 km, a menos de 20km/h.
Luego fue Jueves, y ese Jueves la Kiya estaba disponible, así que estuvimos los tres dando una vuelta a pie por el desierto, contando batallitas varias y explicando las diferencias entre una caña y un sorbete.
Y el sábado andaba por Vielha, preparadísima para empezar a andar la Setau Sageth.
Estaba en el séptimo cielo.
6 comentarios:
Pues a seguir contentilla, que motivos tienes...
Besitos y salud
Fuerte, fuerte Nereeeee, qué bien!!!!!
Me alegra leerte.
¡Qué nevidia me das! Yo que me canso con solo pensarlo.
Tiene muy buena pinta la ruta de Setau Sagèth. Que envidia.
gracias chicos!!!
Tawaki, todo es ponerse :)
Voy a contar lo de la Setau, a ver si me acuerdo!!
un beso
enhorabuena prima! te has cambiado el look del blog, no?
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