29 de noviembre de 2011

Setau Sageth (I) Vielha-Refugio Honeria.

Las 9 de la mañana y los bastones rotos. Rotos o desmontados. Esos bastones son una castaña. Esos de rosca, telescópicos. Claro, son más baratos que los otros, y debe ser por eso que llevo tres pares en cuatro años. Los próximos me los compro buenos. Estos, por ejemplo.
Pero eran las 9 de la mañana, o nueve y diez, y yo estaba en Vielha toda equipada y con la porquería de los bastones medio desmontados.
Respira-inspira.
¿me compro otros a las 10?
Respira - inspira.
Vaya, parece que encajan...
Vamos, antes de que vuelvan a romperse.
Empezamos. Somos cuatro: Bastón derecho, Bastón izquierdo, Mochila, y yo.

Salgo de Vielha con mi mapa y mis dos opciones: Camí Reiau siguiendo el río Garona hasta Bossost, o tomar el GR211 y subir a cada una de las pequeñas aldeas que salpican el Valle. Me gustó más esa segunda opción, tenía un noséqué más de aparente intrepidez.

Aunque el camino era más camino que sendero y dejaba poco a la aventura, era precioso subir a cada aldea y contemplar de allí en Macizo de la Maladeta. Mont, Montcorbau, Betlan, Aubert, Arròs, Pont d’Arròs, Begós, Vilamòs, Arres de Sus, Arres de Jos.
Paralela a la Nacional-230 seguí caminando tranquila y pronto llegué a Bossost, fin de la etapa del recorrido oficial, mitad de etapa de mi plan.


Bossost es uno de los últimos pueblos de este lado de la Frontera, pero parece más francés que español. En todo caso, parece muy aranés. Bocata y continúo.
Hasta Les continúo paralela a la carretera nacional, es una lástima tener que escuchar coches y motores tan lejos, pero debe ser que aún no estoy lo suficientemente lejos. Y eso sólo se soluciona andando.
El día está saliendo precioso, es finales de Octubre y no se intuye ni una sola nube. Sólo a la sombra, el aire algo fresco y las hojas que voy pisando durante todo el camino me recuerdan que no debo confiarme demasiado, estamos en otoño.
En Canejan cambia el paisaje. Canejan se construye a partir de las palabras CAstrum y JANua, casa y puerta en latín, y, en esta dirección, significa la puerta de entrada a la Val de Toran.
En San Juan de Toran una pareja me ofrece llevarme hasta el refugio, pero son sólo las seis, tengo tiempo y ganas de llegar a pie. ¡gracias chicos!

Antes de las siete llegué al Refugio de la Honeria.

¿te espero a ti?
pues ... espero que sí.
No recuerdo el nombre del guarda, pero seguro que fue la persona más carismática que encontré en la ruta. En el refugio no dormía nadie más, pero allí estaban tres parejas, tres perros y un gato tuerto al calor de la chimenea, contando historias y acabando con todo el vino y la cerveza que tenían cerca. Pasta, vino, butifarra, vino, ensalada, vino. Manzana, vino. Y Casís.: Licor de grosella negra.
En el momento en el que pude escaparme sin que ya nadie se diera cuenta de si estaba o no allí, hice mutis por el foro.
Buenas noche, Bona nit.
mmmmonammmmit , escuché, lejano.

39, 300 km. Ocho horas de marcha.

3 comentarios:

Genín dijo...

¡Jo, una de tus palizas!
Eso si, las fotos hacen presumir un paisaje precioso!
Besos y salud

RAMONRUNNING dijo...

Buenas fotos y precioso el recorrido por lo que cuentas..... Terminaron los palos la marcha?

depiedraenpiedra dijo...

:) un beso genin!!

Gracias Ramón, los palos aguantaron, pero nunca más pude plegarlos.....

un beso chicos, gracias por la visita.