14 de noviembre de 2011

Rápido. Como el tiempo.

Al diezmil de Onda fui entre motivada y confusa: no se puede pedir peras al olmo.

Sin embargo, me encontraba tan bien que pensé que de ese mes de Octubre no podía pasar aquel (casi)olvidado asunto de bajar de cincuenta minutos en un diezmil. Y salí con tanta cabeza que hasta a mi me extrañó, y regulando regulando llegué a meta con 50 minutos, 4 segundos para los 10.090 metros que me indicó el forerunner.
Eso quiere decir que, quizá, arriesgando un poco más, pueda, verdaderamente, rebasar la barrera psicológica (y física, y física) de los dichosos cincuenta minutos.

Pasé la semana sin pensar demasiado en ello: una excursión en compañía hasta el vértice de Raca; una mañana de bici fácil con el Ciclista; una rodada multitudinaria para celebrar el día de la Hispanidad donde estábamos casi todos; una rodada sola, la primera, por Borriol, en la que descubrí una mina y un camino que siempre estuvieron allí pero que nunca llegué a ver porque el entretenimiento entonces era charlar y charlar sin parar. Una tarde de nostalgia. Otra mañana de bicicleta, con el Ciclista y Karmelilla, en la que subimos, tentando a la lluvia, Eslida por Eslida y bajamos por Chóvar.
Y entonces llegó el día del diezmil de Almazora.
Y celebré su llegada con una excursión con la familia Xispas por el desierto de Las Palmas, cuál si no. Haciendo esa ruta preciosa que me enseñaron una mañana que ahora recuerdo en blanco y negro: Font de Sant Josep, Plà de Muletes. Alt de Colomer, bajar hacia Les Santes. Desvio en esa senda preciosa sin nombre, subida al Bartolo por la Balaguera y bajar por la carretera, como para volver uno en sí. Casi cuatro horas con almuerzo y paradas a fotografiar las mil arañas que cubrían los matorrales.


Por la tarde me acompañó Jr por las calles de su pueblo, y allí saludé a todo lo saludable, siendo saludable aquello a lo que es posible saludar: Junglys, Guelos, Joses... Y para variar no me coloqué detrás del todo. Salimos y tampoco quise hacer la tontería de darlo todo en un kilómetro absurdo y lleno de gente de todos los niveles. Así que puse mi ritmo ligeramente, sólo ligeramente por debajo de cinco, y esperé acontecimientos.
Lo primero que me pasó fue ver que iba más rápido de lo que debía, y aunque me encontraba estupendamente, me pareció que debía echar un poco el freno, porque todo el mundo sabe lo que pasa si uno se pasa. Qué pasa si sosa pasa, recitaba mi abuelo. Y no viene a cuento en absoluto, pero me acabo de acordar.
4:40, 4:39, 4:39, 4:47, 4:48, 4:53, 4:50, 4:55, 5:00, 4:52. Es lo más uniforme de lo que he hecho nunca: hay que tener en cuenta que los res primeros pican hacia abajo lo mismo que los tres últimos pican hacia arriba. Aún así: moraleja: no tengo ni idea de mantener el ritmo. Y a pesar de todo terminé en 48':28" para los -otra vez-10.090 metros, y con la mayor sonrisa de los últimos tiempos.

6 comentarios:

Genín dijo...

¿Corres todo eso y te da tiempo para parar y sacar fotos a las telas de araña? jajaja
Besitos y salud

Anna dijo...

hola wapa, ya tienes la barrera superada, eso no era problema para ti, besetes.

lola dijo...

Si Sosa pasa, me quema la casa. Ésa es la respuesta a la pregunta.

Lola Steiner dijo...

enhorabuenaaaaaaaaaaa!!!!

barrera superada!!!

Tinyo dijo...

Bien Nere, bien. Ahora a pensar en la siguiente barrera!!!

depiedraenpiedra dijo...

muchas gracias chicos/as!!

La próxima barrera...buf...¿1:50 en media? puede ser... :) :)