¿Beluga yo?

Sábado.Cuando no hago nada me da por comer. Salvo el último ataque al supermercado con una vuelta por el Ribalta, antes de terminar de arregarlo todo para ir a buscar A Patrikinder. Veinte minutos rapiditos y un montón de abdominales.

Llego a Villarreal más tarde de lo que había anunciado. Patrybike al maletero: próxima parada: Andilla.
Domingo. El equipo al completo hemos dormido en la casa de la cultura, sobre cómodas tablas a modo de colchón, bien resguardados de la lluvia.
El equipo:
Nombre "los Belugas"
Los bikers (o globeros): Nuestra archiconocida patrykinder y el César, el hombre con una baza oculta, un as en la manga...su pedal atomático.
Los runners (o trotones) : El Sergio, El Juan y la de las Piedras. Un buen trío para hacer un gazpacho, porque lo que es para correr....
A las nueve de la mañana nos dan la salida en La Pobleta, pueblo éste sin cobertura de telefonía movil...a que me vengo a vivir aquí...
El biker 1 (El cesar, junto a sus pedales y su, llamemos asombrosa bicicleta) y el runner 1 (el Juan) se colocan en posición, y salen raudos entre el pelotón para llevar a cabo su recorrido. La biker 2 tiene que irse pedaleando hasta el cercano pueblo de Artaj, lugar en donde supuestamente, y si los astros colaboraban, le iba a ser entregado el testigo. Y a ello va. "Venga patry, suerte". Salgo segunda, objetivo: no perder demasiadas posiciones respecto al resultado de Juan, y no dar demasiado tarde el relevo a Sergio. Con hora y cuarto más o menos, recibo la pulserita con avellana y salgo disparada. Adelanto a una chica que acaba de salir, y me dispongo a acercarme a otra que veo a lo lejos. Empieza la subida. Pista y pista, con pendiente sostenida y prolongada...Me pasa un amable corredor, que no por amable deja de pasarme, ni al contrario. Kilómetro 3, dieciocho minutos, kilómetro 4, veintitrés minutos. Paso a algún otro corredor que anda apaciblemente, mientras subo y bajo por pistas y más pistas. Once kilómetros ciento cuarenta metros, creo que hora cinco. Entrego el testigo a Sergio, y mi historia pasa a ser la suya. Su tramo es el más duro.
Entre los tres hemos terminado un maratón de montaña, 42,195km, con 1437 metros de desnivel positivo. Hemos tardado tres horas cincuenta y nueve.
Queda esperar por la sección sobre ruedas, pero esa historia tampoco es mía.
Al final, todos terminamos, sanos y salvos, que es a lo que habíamos venido. Y nos vamos con un nuevo viaje programado, un nuevo equipo y unos nuevos objetivos.
Encantada, chicos. El año que viene, la revancha.