16 de noviembre de 2007

Agüita agüita

Miércoles Tarde, muy tarde, me equipo de otoño y me voy al Ribalta. Medio rápido, llego, hago 5 vueltas y me vuelvo a casa. No me da tiempo de más y además a esta hora el parque ya no da buen rollo "mucho chistoso". Otro día será. Treinta minutillos.

Jueves La indecisión de cada mediodía...¿nado o corro?. Nado. Me tiro al agua medio congelada después de la ducha y me parece que hoy estaré aquí un buen rato. Diez, veinte...treinta...cuarenta. Una calle para mi sola, qué level.
Seguimos, me siento cada vez más ligera. En la septuagésimoséptima piscina recibo una patada en la nariz que dolor En la septuagésimonovena, una patada en el estómago. Vale, ya me voy. Cuatro en una calle somos muchos. Dosmil metros.
A la tarde salgo de casa equipada de otoño. Error, había que equiparse de invierno. Ataque de frío y vuelta a casa. Otro día será.

Viernes. A mediodía: piscina. Mil quinientos metros de crol, tranquilita en una calle para mi sola. Salgo y me visto de corredora, hacia San Roc de la Font y vuelta. Esta vez el mp3 no se para y nadie me dice ninguna incongruencia. Qué ilusión, a veces me pregunto si a los tíos también les dicen tantas tonterías. Suficiente por hoy, cincuenta y cinco minutos de trote lentorrillo.
Mañana a marcar la regularidad...

2 comentarios:

lola dijo...

No creo que a los tíos les digan tonterías, las tonterías las dicen los tontos, jeje.

depiedraenpiedra dijo...

jejeje
Eso pienso yo...y las guarradas los guarros.