5 de noviembre de 2007

El lechugazo

Aquí dejo la fábula de la lechuga y la gallina. Que no viene a cuento, pero me apetece promocionarla.

Domingo. Amanece, que no es poco. Qué frío porrrr Dios. Pero desmontamos ligeras y a las ocho ya estamos de nuevo en el Neremóvil. A Valencia: Volta a Peu al Cabanyal. El año pasado fue mi debut en el circuito, y en asfalto, quitando la carrera de la mujer.
Teníamos hora y media para perdernos y encontrarnos, pero esta vez no hizo falta. Encontramos el barrio en cuestión con asombrosa soltura ¿estaremos empezando a conocer esta ciudad?. No creo.
Uy...se me ha olvidado el chip. Yupi. Por lo menos llevo el dorsal.
Caliento un ratito y me coloco. Da igual donde te coloques, siempre tienes a mil personas delante. Qué más da. Esto lo estoy cambiando por la serie de cincomil que no hice esta semana. PUM. Y a correr....
O no.
Un minuto más tarde paso bajo el arco. Y empieza el trote. Primer kilómetro: pues casi seis minutos, colega. Se abre el recorrido, y se puede apretar...en fin, vamos a dejar la vida aquí. Pero no. A cuatrocientos metros de meta (pizco más, pizco menos) mi amigo el flato me habla de nosequécafé. Pues ahora no me voy a parar, hombre, que está eso ahí y aquí está apretando hasta Manolito.
Y final. Vaya carrera más chunga. Veinticuatro treinta y encima con un final dolorosísimo. Como si hubiera hecho la gran cosa.
Por lo menos la camiseta es talla S. Saludo a Paquillo, y charlo un buen rato con Pastiset. A esta chica hay que felicitarla por el Duatlón de Cheste, quedó muy bien. Y la semana que viene también debuta en media. Haremos de anfitriones....

Desayunamos, a ver si a Patry se le pasa el apapaye...y se le pasa. En un periquete, con su hábil conducción y mis capacidades como GPS, llegamos a Xirivella. Dicen que han corrido una Media Maratón...pero yo veo muy fresco al personal. Frescos como las lechugas de la bolsa del corredor.

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