Marcha de Benicassim

Domingo En cuanto salí de casa me di cuenta de que el invierno se aproxima. Recojo a Rubs con el Neremovil, esta vez Patrikinder va por su cuenta. En Benicassim también es invierno, puede que incluso sea un poco más invierno.
Mi vuelta a la montaña, estoy sorprendentemente relajada, me tomo un café y así continuo. A las ocho dan la salida. Y empezamos a subir, me he colocado demasiado atrás, me doy cuenta tarde, pero bueno, ya está hecho.
He calentado más bien poco (¿he calentado?me pregunto...) y hace frío, así que tardo bastante en entrar en carrera...
En la Comba está el primer control, llego y aun voy fría como un témpano, además, pasadita de pulsaciones y encrescendo. Subida de uno cuantos kilómetros, me pasan las Suertecitas con su auténtico paso montañero. Oigo un grito..."lo tuyo es el asfalto" Yo creo que lo mío no es nada.
Menos mal, al rato comienza la bajada a Les Santes. La chica de azul va delante de mi, la paso...se pica...me pasa...me pico...la paso otra vez. Kilómetro doce, hora cincuenta y seis. En ese momento no sabía que era el kilómetro doce, y menos mal.
Comienza la subida a la Balaguera. Sigo a otra chica, penosamente, vamos avanzando. No se acababa nunca...Ya en el tramo de cemento que sube a Bartolo, mi amiga de azul me alcanza: hola, te fui siguiendo toda la bajada ¡Hola! sí, jeje, yo también te he tenido de referencia.

Bajada técnica, me tiemblan las piernas, no me arriesgo y la hago despacito. Y en la pista, a correr. Lo que se pueda. Qué bajada tan larga, tan tan larga. Lo bueno es que la rodilla me aguanta perfectamente, no hay molestias, no hay dolor.
En el cross, Oscar está viendo la carrera, me anima y le pregunto cuánto queda...nada nada En realidad era un poquito más que nada, con tres horas veintidós minutos, llego a meta. Treinta y siete minutos menos que en 2005.
Y después, la charla, las risas y la gente.
Y en el sorteo, a nadie nos tocó nada. Pero nos lo pasamos estupendamente.
Vámonos a comer, pagas tú, que el viernes te gané una apuesta.