Sus scrofa

Sábado tempranito y la que ha caido toda la noche.Esperemos que no llueva ni granice más...anoche caía una piedra nocturna que hasta a los oriundos había asustado.
A las 8 empezaba la carrera, en media hora llegamos a Mosqueruela, curvas por aquí curvas por allá. Olvido el dorsal en algún bar y por megafonía me lo devuelven ¿qué tengo en la cabeza?. Tampoco sé por qué, pero me pongo dos camisetas: tirantes y manga corta, lo nunca hecho. Botellin de powerazul en una mano, extraño gel en la malla, y empieza la carrera. ¿a dónde va estagente tan rápido? Me da igual a donde vayan, yo no he calentado y esto tiene pendiente. Bastante pendiente. Breves comentarios Txopete y sigo.
El paisaje es muy parecido al de la difunta (y supongo que al de la renacida) carrera de Villafranca. Predomina la piedra, el color contrasta con el de la tierra, seguramente es eso lo que más me ha llamdo la atención desde la primera vez que vine. En el kilómetro seis, una escalera de mano nos facilita el paso entre ¿bancales?. Voy subiendo a mi ritmo, tranquila, a ratos con música, a ratos sin ella. Más tarde, me encuentro a Rubens. Y el camino continúa, a trote tranquilo en el escaso llano y en bajada, a paso que quiere ser rápido hacia arriba.
El pinar ciego y su lapiaz, Bramadores a mil ochocientos y pico metros...y yo allí en medio, alegremente, mirando a todas partes. Al final de la película parecía que estábamos llegando al pueblo, y nos regalan un subida a la ermita de no sabemos bien quién, finalmente, meta en 4horas cuarenta y pico. 30740 metros, +1635, -1644. Preciosa.

Y después la comilona, Wushi ni corto ni perezoso se aposenta el primero, más tarde llegan Teo, Txopo y más tarde el resto de comensales. Echamos de menos a Irene y Miguel....niña, el año que viene, la revancha.