No sé si prefiero días iguales

O días distintos....reza la canción.

El miércoles salía la sección pedalizada de Villafranca y yo pensaba...cachis...me ha faltado la bici!! Hubiera estado genial subir a pie y bajar con la de carretera, tranquilita, al día siguiente. Me lo apunto para la próxima... (Valdelinares después de verano) . Vueltecicas por el pueblo, visita fallida a la Parreta, café en Ares y comida en Los Rosildos. Casa, dormir y a currar, que vamos de noche.
El jueves pescadilla. Y el caos reinando en la fábrica. Escaleras y más escaleras. Escaleras. Escaleras...escaleras...
El viernes simulacro de rescate y doble pescadilla. Mi estado físico pedía a gritos que me usaran de muñeco a mi, y no que me colocaran el equipo autónomo para que buscara yo a nadie. Pero esto es lo que hay, y no está la cosa para andar quejándose mucho. Al final encontramos al muerto. Y después....más escaleras. Que cada vez me parecen más altas y más grandes y más empinadas.
El sábado última tarde. Fin de ciclo ¡por fin! me la tomo con alegría para que pase antes y voilà! llegan los días de descanso.
Esto parece que no, pero cuenta como entrenamiento de fondo, físico y mental.
Domingo 8:00 AM ¡¡¡¡nere!!!! ¡¡¡son las ocho!!! aaaaaaayyyyyssssss mierrrrrr Había quedado a las 6:40 para ir a Montanejos. Parece que llego tarde. O que no llego. Necesitaba dormir. En fin, tras las llamaditas de rigor me pongo en marcha, y a las 10:30 empezaba a hacer el sendero que tocaba hoy. No, la verdad es que no me estresé demasiado por el camino.
Los estrechos-La Bojera. Que si estaban delante, que si estaban por detrás...y yo la mar de tranquila, me paro la imagen de un santo a esperar...como he cogido un atajillo...
Y que no llegan. Pues me aburro...voy a seguir. El pueblo se ve por allá...Y sigo saltando por el monte cual feliz cabra, empanada en elucubraciones varias. Más llamadas que poco aclaran y a seguir andando. ¡¡Dos cabras montesas!! ¡¡y otras dos!! me miran con cara de pocos amigos, así que ... prosigamos. Última llamada: estamos en el pueblo. Pues yo acabo de cruzar el río. Pues te deben quedar dos horas ¿¿¿qué qué? se acabó la paz, la armonía y su puñetera madre ¡ a correr! Y para abajo. El cartel reza: Montanejos 4,8km 2h5m. O bien: Montanejos 3,6 km 1h10m. Pues no sé cómo se come eso, pero paso de dar la vuelta por un kilómetro menos. Y yo que no pensaba correr hasta que no me viera el fisio el tobillo...menos mal que esto es la mayor parte hacia abajo y algo recuperaré. Uys mira, un elefantito. Por qué la gente no hace pipi enfocando a un arbolito sino cara al camino? (eso sí, de espaldas a sus amiguitos). Y después: ¡¡¡qué susto!!!pensé que eras mi hermana de Ávila!!. Y yo para abajo. Y luego un colegio con un montón niños y luego unos tranquilos abueletes. Este sendero está más pateado que....Al final, 35 minutos más tarde, llego al pueblo y me reuno con el grupo para lo más importante y esencia de cualquier salidita de estas: la comida.

Y lo que iba a ser una tranquila salidita de domingo acompañada se convistió en un solitario y estresante entrenamiento en solitario. 12 km.

Y el resto del domingo no me termina de gustar. La verdad es que nunca me han gustado los domingos. No hay donde ir, la gente está triste...Encima llueve y mi plan ciclista se ha ido al garete. Definitivamente, prefiero los descansos cualquier otro día.