Jueves.Etapa 3- El Burgo de Osma-Barahona.70km
Salimos de El Burgo de Osma a una hora que es buena para almorzar pero no para comenzar ningún tipo de trayecto bicicletero: las 10:06 AM (sólo faltaría que no fuese AM) La salida del pueblo es una de las más bonitas de la ruta, acompañados por el río Úcero y dejando atrás toda suerte de ruinas, castillos y puentes de gloriosa apariencia. No en vano fue el Castillo de Osma testigo y escenario de toda clase de invasiones, luchas, conquistas y reconquistas.
Abandonada ciudad de Osma por carretera amablemente asfaltada y en ligero descenso, vamos surcando la provincia de Soria, encontrándonos por primera vez con el Río Duero en un lugar llamado El Enebral y cruzándolo unos kilómetros más adelante, antes de llegar al pueblo llamado Recuerda. Qué bonito nombre.
A mediodía llegamos a Berlanga de Duero, donde pensábamos comer tranquilamente en "casa Vallecas", pero que cuando llegamos estaba tomada toda ella por un autobús del imserso o de alguna asociación de jubilados. Abortada la operación "ponerse como el kiko", retomamos el camino tras unas claritas, mientras se escuchaba, no tan lejos, empezar una tormenta.
Como la ruta a seguir era fácil (porque a partir de la etapa 3 ya tenía mis mapas alfonsinos y derivados) y mejor se llevan las tormentas mientras una está entretenida, decidimos hacer camino, porque, como dijo el poeta, se hace camino al andar. O al ciclar, que viene a ser lo mismo, pero más rápido.
Y enlazando versos y cantares, volvemos a la Afrenta de Corpes, cuyo recorrido seguimos, pasando de Berlanga a Ciruela, Casillas de Berlanga, Caltojar y Riba de Escalote.
La carretera es, si cabe, cada vez más solitaria, más inhóspita. Los campos cada vez más abandonados y los despoblados, más despoblados.
En cierto cruce tomamos dirección Rello, pueblo que conocíamos de oidas y leidas por lo que en él disfrutaron, entre fuentes y fondas, los compañeros de trabajo unas semanas antes...
Prevenidos también de las cuestas que se avecinaban, voy probando el plato pequeño, que a estas alturas y con estos calores me será de gran ayuda. O más.
En Rello, allá arriba en la colina, no encontramos más que cinco gallinas y una fuente en un pueblo amurallado. Ancha se divisa Castilla desde allá arriba. Ancha y terrible. Dura y solitaria.
Nos alejamos de Rello desechando el GR86-sendero ibérico soriano, y tomando la carretera por la que llegamos. Seguimos de subida por buenos caminos, Marazovel y por fin, Barahona.
Hostal, espaguetis, vino y dormir de nuevo a cubierto. Chispea.
3 comentarios:
Yo sigo preguntandome lo mismo... Esas gallinas debían tener dueño, ¿no?. ¿O eran autosuficientes en un pueblo fantasma?
En fin, está entretenido el tercer capitulo.
Felicidades a los dos. Ya tenéis una nueva travesura para recordar.
Por cierto,¡¡¡¡¡¡como puedes escribir tan rápido y con tanta imaginación!!!!!. Yo todavía voy por la sexta etapa.
Ya estoy esperando un nuevo capítulo de tu particular crónica, y como dice “no me acuerdo” hazlo durar como si fuera una telenovela.
No sé...a juzgar por su tamaño, yo creo que se habían comido a la población y estaban intentando dominar el mundo... ;) Era la hora de la siesta, por allí andarían los amos...
Gracias Alfonso! ha estado muy bien. Tengo que escribir rápido porque sino se me olvidarán el recorrido y las sensaciones...nos vemos el domingo.........aysssss
Publicar un comentario