La horita

Después de dos días de descanso dedicados a la vida contemplativa, ayer ya tocaba salir. El plan dice que sesenta minutos progresivos, bueno, a mi eso nunca me sale bien, pero por lo menos tengo que salir con fe. Quedo con Ruy a las seis y media nipatínipamí, en la avenida Marítima esopamí y le cuento el plan. mmmmm, no está nada convencido, pero bueno, parece que le da igual, creo que él lo que quiere es moverse. Bueno, lentamente empezamos al trote, de palique (yo más que él, cuando empiezo....) y bueno, seguimos y seguimos y la verdad q progresivo progresivo...aquello no era, pero bueno. A los treinta y cinco minutos le digo que podíamos ir dando la vueltita. Y seguimos, él se para un poco "ahora te pillo", "vale, pues sigo, que con lo lentorra que soy". Enseguida lo tengo al lado. "Bueno, habrá que apurarse un poco ¿no?" aumentamos un poco el ritmo. Me siento muy bien. Cuando llevamos cincuenta y seis minutos, todo un record para mi, me siento sorprendentemente bien "¿de verdad voy a estar una hora sin parar?" Un señor nos adelanta por la izquierda y apretamos. Ruy se escapa raudo y picado y yo termino mi unahoraunminuto, progresiva. Creo que empezamos un poco por encima de siete(jejeje), y acabamos sobre cinco cuarenta. Alegría, fiesta. 9.400 metros. Camino al diezmil.